Salir al espacio no sale gratis
Hay muchos peligros ahí afuera. No nos damos cuenta, pero la ‘madre’ Tierra nos protege. Y lo hace bastante bien.
- Mediante su atmósfera, que evita el bombardeo continuo de micrometeoritos y filtra la radiación solar, haciéndola mucho más tolerable. Además, la atmósfera, proporciona aire respirable, sí, eso que necesitamos cada pocos segundos y de lo que no podemos prescindir más de unos pocos minutos.
- Mediante su campo magnético, generado por el movimiento del hierro fundido en el núcleo de la Tierra, que protege a la vida de nuestro planeta de la radiación cósmica y de las partículas cargadas emitidas por el Sol. En los polos no es tan eficaz y dichas partículas generan las auroras boreales.
- La masa de la Tierra es de aproximadamente 5974 x 1024 kg, con lo cual genera un campo gravitatorio a su alrededor. Se sabe que la gravedad terrestre es más o menos de 9,8 N/kg, es decir, una aceleración de 9,8m/s en dirección al centro de la Tierra. Eso consigue que no salgamos despedidos por la rotación y que todo nuestro organismo, y el del resto de seres vivos, funcione más o menos bien.
Aun así, todos en la Tierra estamos expuestos a bajos niveles de radiación todos los días, desde los alimentos que comemos hasta el aire que respiramos. Y, de vez en cuando, cae un meteorito.
Fuera de la Tierra, en cuanto nos alejamos un poco, no hay nada de eso. Y quedamos expuestos a todos esos peligros letales. Cuanto más permanezcamos fuera, peor es el problema, pues la mayoría de los problemas son acumulables.
La radiación
El principal es el de la radiación cósmica. Tres fuentes principales contribuyen al entorno de radiación espacial: partículas atrapadas en el campo magnético de la Tierra, partículas energéticas solares y los rayos cósmicos galácticos. Se estima que, las dosis recibidas por los astronautas en cuanto salen de esas protecciones, varían entre 300 μSv (microsieverts) y 2 000 μSv al año. Un μSv de radiación ionizante equivale a unas tres radiografías de tórax. Si nos ponemos en la cifra inferior, aun así, es más de siete veces lo ‘tolerable’ por el ser humano. Y eso no saldrá gratis, habrá mutación en genes y fallos de replicación celular, y será acumulativa. Se supone que nuestros astronautas no estarán un año fuera, solo unos meses en el caso de Marte.
Habrá que diseñar buenas y eficaces protecciones, tanto en trajes espaciales como en los hábitats espaciales y naves.
La ausencia de gravedad
Y el segundo gran problema es la gravedad, o mejor dicho, la ausencia de esta. Nuestro cuerpo necesita gravedad para funcionar apropiadamente. Caso contrario, comienzan a fallar cosas: atrofia muscular, descalcificación ósea, atrofia cardiaca, fallos renales, hígado graso, alteraciones de la flora intestinal, dificultad para fecundar, … Sí, procrear en el espacio será complicado, seguramente deberemos recurrir a la fecundación in vitro.
Al contrario que en las películas y series de ciencia ficción, no sabemos cómo crear gravedad artificial, aunque sí simularla mediante la generación de una fuerza centrífuga. Es decir, zonas giratorias en las naves. Cuanto más amplias, mejor. Y eso añade un factor de riesgo respecto a los micrometeoritos que viajan por todas partes sin seguir las normas de circulación.
Otros problemas
Cuanto más duren los viajes, más daños y más riesgos.
La NASA tiene un acrónimo para agrupar las causas: ‘RIDGE’, la abreviatura en inglés de Radiación espacial, Aislamiento y confinamiento, Distancia de la Tierra, campos de Gravedad y Entornos hostiles/cerrados.
Enfermedades de los astronautas
Durante más de 50 años, el Programa de Investigación Humana (HRP, por sus siglas en inglés) de la NASA ha estudiado lo que le sucede al cuerpo humano en el espacio.
- Mayor propensión a infecciones. Muchos de los que se encuentran en la Estación Espacial Internacional presentan erupciones cutáneas e infecciones respiratorias leves, y los investigadores han descubierto que los viajes espaciales pueden reactivar virus latentes como el herpes simple, la varicela y el citomegalovirus.
- El aislamiento, los entornos pequeños, la convivencia (no todos valemos para astronautas), la adaptación. Todo ello puede causar problemas psicológicos y de relación.
- Aumento del riesgo de cáncer y enfermedades degenerativas, como cardiopatías y cataratas.
- Fracaso renal.
- Hígado graso.
- Cardiopatía y atrofia cardiaca.
- Atrofia muscular y descalcificación ósea.
Conclusiones
El espacio es apasionante, es nuestro futuro … cuando consigamos adaptarnos y protegernos apropiadamente, ni un minuto antes.
¿Y tú qué opinas?



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