¿Estamos preparados para comenzar la colonización del sistema solar?

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¿En serio?

Así, a bote pronto, ¿no deberíamos ocupar, con seguridad, con eficiencia y eficacia, todos los nichos terrestres? Me refiero a que no hemos colonizado todos los nichos posibles de nuestro propio planeta. Por ejemplo, la superficie marina, que representa el grueso de la superficie de nuestro planeta, el 70%. Y menos aún sus profundidades.

Tampoco los hielos, ni los desiertos.

Y no digo grandes ciudades, sino pequeñas, de pocos miles de personas.

Y eso que, aquí, no nos matan las radiaciones, ni los micrometeoritos, y podemos respirar la atmósfera disponible sin trajes especiales extremadamente sofisticados.

La Antártida es lo más parecido a Marte que poseemos aquí. Si comparamos la temperatura media, entre -20 y 40 grados centígrados en el ecuador marciano, y entre -60 y 20 en la Antártida. No se va mucho. Y, aun así, no es comparable el esfuerzo de ‘ocupación’ del continente helado con lo que representa ir y establecernos en Marte. En el planeta rojo moriríamos de muchas maneras distintas. Tendríamos que meternos bajo el suelo para evitar la radiación cósmica y la solar. Y no, no podemos respirar.

La Luna es bastante peor. No tiene atmósfera ni campo magnético. Los micrometeoritos, y los no tan micro, bombardean continuamente la superficie. Su temperatura es infernal: varía entre -184 grados Celsius durante la noche a 214 grados Celsius durante el día, excepto en los polos donde la temperatura es constante e igual a -96 grados Celsius. Y, por supuesto, no tiene atmósfera respirable. Un poquito mal, ¿no?

Cuando decimos que vamos a establecer bases en Marte o en la Luna, en realidad decimos que vamos a construir búnqueres, seguramente bajo el suelo, que impidan que muramos casi inmediatamente. Y autosuficientes, pues no podemos comer ni beber nada del exterior directamente. Son sitios tremendamente hostiles para la vida tal y como la conocemos.

Tendremos que desarrollar y mejorar muchas técnicas antes de intentar siquiera algo así.

  • Hábitats que nos protejan, posiblemente con varias capas protectoras. Resistentes y sellados. Bases en fondos marinos, y en zonas heladas, ayudarían a descubrir cómo aislarnos eficientemente. A regular la temperatura interior sin un gasto energético brutal, como ahora.
  • Generación de aire respirable en su interior.
  • Generación de agua potable, reciclando todo, hasta el vapor de nuestra respiración, y aprovechando los depósitos, tanto de la Luna, como de Marte.
  • Generación de alimentos, en condiciones ausentes de luz solar.
  • Construcción y mantenimiento de ecosistemas estables y duraderos.
  • Técnicas avanzadas de supervivencia, con redundancia de sistemas, de compuertas, de todo. Probablemente, redundancia triple, esa es la máxima en nuestras novelas.
  • Técnicas avanzadas médicas y de cirugía, automatizadas, probablemente mediante máquinas especializadas y autónomas.
  • Y descubrir cómo evitar el efecto del espacio, y las condiciones de gravedad bajas. Los astronautas desarrollan patologías renales, descalcificación, atrofia muscular, atrofia cardiaca y muchos otros problemas.
  • Robótica avanzada autónoma, tanto en el espacio, como en las superficies y subsuelo.

Energía. Lo podemos solucionar con los conocimientos actuales: microrreactores nucleares pueden aportar lo suficiente para bases de pequeño tamaño y número de ocupantes. En la Luna y en órbitas podemos aprovechar la energía solar. En Marte, tal vez, la eólica.

Transporte. El llegar allí, es muy mejorable, pero también disponemos de conocimientos suficientes en motores y naves. Seguramente en unos cinco años podremos ir a Marte en dos o tres meses. Si tardamos más, los astronautas sufrirán consecuencias graves en su salud, por la ingravidez y por la radiación cósmica. No, no se van a convertir en los 4 Fantásticos.

Y cientos de otras cosas que tendremos que aprender y mejorar en los próximos años y décadas.

Imagino que esa ‘colonización’ de la que nos hablan, se hará varios años después de que las máquinas, que mandaremos antes, preparen los hábitats apropiados. Construyan todo lo necesario y acumulen recursos de materiales suficientes para bastante tiempo.

Luego llegarán semillas y animales de granja. Y se crearán huertas subterráneas, cuidadas por más máquinas. Y también se llenarán los almacenes. Afortunadamente, el tema de frigoríficos y congeladores no será muy complicado. Tal vez sea lo único.

Y solo entonces, comenzará la colonización humana como tal.

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